Ilustré mis libros con miniaturas, e inicié mis propias melodías.
Mi maestra, Jutta, me enseñó el canto gregoriano, pero yo aprendí escuchando la voz de Dios.
Quise que con mi música mis escritos se animaran, fueran ensalzados, y las monjas los aprendieran.
Su canto es el sonido de la creación, perceptible por nuestros sentidos, alabanza de gloria en capilla, ermita, iglesia y catedral.
Venga el cielo a la tierra si el órgano suena. Caigan sus ángeles cuando cantemos con devoción.
Se encuentre en este mundo la bendición.
@teatrodelosciclos S.K.
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Publicado por teatrodelosciclos
En este blog encontrarás monólogos para recitar en círculos y encuentros. Los monólogos del teatro de los ciclos tienen un cometido, que es trabajar con arquetipos y secuencias universales, que nos suceden a tod@s y que podemos conocer y comprender a través de un personaje.
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