El sonido del laúd, adornando la voz cantada.
No hablo más por lo que siento, mas mis obras hablan de mi amor.
Aquitania, lugar que me hiciste libre, nací en tí poeta, y me hiciste señora.
El sonido del laúd, ensalza la voz cantada.
Fue mi abuelo el que encontró tus historias. Él llevó las musas a tus frías paredes.
Aquitania, debieras ser en todas partes, mas cuando salgo a cazar, sólo en tu brisa te encuentro.
El sonido del laúd, y la voz del abad cantada.
En tu crepúsculo, cantan los pájaros que llegan del norte.
Aquitania, siempre hermosa, dulce como el vino, deleitan tus manjares.
Escucho el sonido del laúd, y tu prosa, Aquitania, está cantada.
@teatrodelosciclos S.K.