Ciclo mujeres, Sin categoría

Quinto monólogo de Hildegarda de Bingen. Os enseño y decido.(Número 3)

Si Dios habla por mi boca, yo llevo conmigo mi monasterio donde Dios me lleve.

Él me dió la potestad, y el dominio de esta Abadía. Yo la guardo, y dispongo que cada monja cumpla su cometido. Cada mujer, estela de un mosaico que sólo Cristo teje.

Y ese poder, que no mengua, que forma parte de mí y me posee, me llevó a liberar al noble que se arrepintió, enterrándole en mi propio lugar, por su amor a Dios.

Que Dios me juzgue, y nadie más.

@teatrodelosciclos S.K.

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Tercer monólogo de Hildegarda de Bingen. Lo Divino en el mundo físico (número 5)

¿Cómo no habríamos de conocer las cosas tal y como Dios las ha creado?

El espíritu habita en el cuerpo. Sus dones, propiedades, beneficios, modos, etcétera, debemos conocer.

Dios nos dio la lavanda para calmar el ánimo de nuestra mente.

La esmeralda bañada por el Sol, presenta muchos remedios, cura de muchos males ¡Qué poder le dio Dios a esta piedra bendita!

Un nuevo ser humano, un nuevo cuerpo, a través de la mujer, al recibir la semilla del hombre contrayendo sus órganos.

Y en el nuevo cuerpo residirá el aliento del espíritu.

@teatrodelosciclos S.K.

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Segundo monólogo de Hildegarda de Bingen. Una nueva lengua ignota. (Número 1)

Dios me inspiró su melodía, y yo inicié una nueva lengua, que vibrara al compás de lo ignoto, que expresara la armonía del creador.

Veintitrés nuevas letras surgieron en mi mente. Un ángel tocando el violín las inspiró.

Hallara yo el modo de hablar de lo terreno.

Hallara la forma de inundar las cosas visibles con el bálsamo de Dios.

Ciudad terrena, reflejo de la Ciudad Celeste.

La lengua de Dios no puede ser aprendida.

La lengua de Dios inspira una nueva creación.

@teatrodelosciclos S.K.

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Primer monólogo de Hildegarda de Bingen. Sabiduría y consejo divino.(Número 9)

El Señor estableció todas las cosas, y como las hizo, yo las hablo.

Mi visión interior es Divina, reflejo de lo que para nosotros es ignoto.

Residiendo en mi clausura, he enseñado a reyes, reinas, papas, emperadores, obispos y sabios.

Yo, tan frágil, entregada por mis padres a la Iglesia, que me dio su bendición.

Hago entendible lo Divino, los asuntos del cielo en la tierra.

Velo descorrido, misterioso, por inspiración de lo Alto, que otorga deberes para superar los límites del mundo.

Nos advierte de lo venidero, para que nos preparemos con lámparas encendidas.

Esperando al Señor de la Luz, que llega a liberarnos de todas las miserias.

Así es.

@teatrodelosciclos S.K.

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Hildegarda de Bingen 

La gran abadesa del siglo XII nos traslada a la plenitud del otoño, al espacio más recóndito de su monasterio, para liberarnos de las ilusiones y explorar la sutileza de la mística.
Con ella salimos de las coordenadas espacio temporales, para reflejar su maestría intemporal, llena de conciencia.
No por ello escuchamos sólo sus palabras de Reinos Divinos…Hildegarda escribió sobre el mundo físico, las plantas, la medicina natural, el orgasmo femenino, etc. Su obra tan extensa y variada tiene como denominador común la glorificación de lo Divino, que también ilustró y sancionó sus acciones, y justificó su enorme poder.
Ese poder encontró su mayor refrendo en Bernardo de Claraval, que quizás estimulado por la humildad de la monja le abrió sus primeros caminos.
Ella es la sabia consejera, la Sibila del Rin a la que acudían los poderosos, doctora de la Iglesia, fundadora y creadora desde su espacio interior.
Hildegarda se vacía, como la luna nueva y nos nutre como los hogares invernales.
Con ella concluimos un ciclo de mujeres que leyeron perfectamente los signos de sus tiempos y sus vidas, respondiendo a un arquetipo concreto.
Podemos observarlas sin juzgar sus acciones, reconociendo lo común en todas ellas.
Con Hildegarda nos elevamos hasta romper el tiempo, y escribo estos monólogos que hablan de su ser completo:
Número 9: Sabiduría y consejo divino.
Número 1: Una nueva lengua ignota. Hildegarda creó una lengua inspirada por las revelaciones que recibía.
Número 5: Lo divino en el mundo físico.
Número 7: La armonía divina en la música y el canto.
Número 3: Os enseño, y decido. Hildegarda también viajó para predicar sus enseñanzas y ejercer su autoridad.
Secuencia 9 1 5 7 3
#sabia #sibila #abadesa #lunanueva
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